El Casuar, mucho para ver, mucho para disfrutar y muchísimo para imaginar. La primera vez que tropecé con esa palabra fue explorando el mapa aéreo del lugar donde se encuentra buscando posibles castros en la zona; pasó un tiempo y hablando con personas amantes del senderismo me comunicaron que era un lugar al que merecía la pena visitar por el entorno en el que se encontraba, así que no me quedó más remedio que imponerme la tarea de visitar el lugar. El primer intento fue por el margen derecho del río Riaza, por lo que no pude ver más que la parte alta de la iglesia de San Martín como consecuencia de la exuberante vegetación de la zona y lo estrecho que es el cañón del Riaza en ese punto. La segunda vez fue estudiada un poco más la ruta y lo hice por el acceso que parte de la localidad de Valdevacas de Montejo y que está perfectamente indicado.
Era un día de septiembre de los que una vez que levanta un poco el sol y se va el freco de la mañana hay que hacer uso de bota y sombrero para abordar la empresa. La ruta se puede hacer perfectamente en una mañana, pero si se le quiere sacar partido a la excursión y disfrutar un poquito del lugar es aconsejable dedicarle un día completo, preferiblemente no lluvioso, pues cabe la posibilidad de dedicar parte del tiempo a buscar en el camino algún fósil que otro, pues abundan en la zona.
ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE “EL CASUAR”:
1º.- Por Decreto 146/1997,de 10 de Julio, están declaradas las ruinas del convento e iglesia de San Martín del Casuar, en Montejo de la Vega y de la Serrezuela (Segovia), bien de interés cultural, por iniciativa de las Universidades de Valladolid y Salamanca en dos expedientes distintos relativos a “Ermita de Nuestra Señora del Casuar” y “Ruinas del convento e iglesia de San Martín del Casuar” que aunque con dos denominaciones distintas se comprobó que se trataba de un mismo bien objeto de protección.
2º.- El entorno es poseedor de la Carta Europea de Turismo Sostenible.
3º.- Aunque pertenece al término municipal de Montejo de la Vega y de la Serrezuela, el acceso principal en la actualidad está desde la localidad de Valdevacas de Montejo. Otro acceso es siguiendo la orilla del río Riaza, tanto aguas arriba (camino del pantano o antiguo camino de Linares del Arroyo), como aguas abajo (camino de Montejo de la Vega y de la Serrezuela). Antiguamente existía un puente como a quinientos metros aguas debajo de la ermita, del que existen restos de muro de sillería, por el que se accedía al lugar que llaman “La Veguilla” donde existe una camino por el que se accede a la localidad de Fuentelcésped que es el camino más corto para ir a Aranda de Duero, centro donde se proveían de los principales avituallamientos, herramientas y productos que no podían producir los habitantes de Casuar.
4º.- El entorno natural es similar a los cañones excavados por los ríos que surcan el territorio comprendido por el Sur de la provincia de Burgos, Oeste de la provincia de Soria y Sureste de la provincia de Segovia, es decir, terrenos calizos, áridos, con páramos de cereal y pequeñas vegas, con terreno cultivable, que forman los ríos que recogen las aguas de las zonas altas formando cañones que nos dejan boquiabiertos acompañados de todos los ejemplos del paisaje cárstico. Es similar al Cañón del Río Lobos, la Hoces del Duratón, algunas zonas del río Pedro, tramos del río Mateviejas (la Yecla, desfiladero del río Ura)...
5º.- Aparte del entorno natural, en “el Casuar” nos sorprenden los restos de la Ermita de Nuestra Señora del Casuar también conocido como ruinas del convento e iglesia de San Martín del Casuar. Monumento románico, que lucha desesperadamente con la naturaleza por mantener erguidos sus muros y que pesé a los títulos concedidos al lugar no parece que ningún tipo de iniciativa pública o privada haya podido conseguir unos eurillos para dotar de una modesta cubierta a dicha ermita que por lo menos pueda proteger a los visitantes del lugar de alguna inesperada tormenta; cualquier resto románico lo merece, éste también.
6º.- Con anterioridad a la organización territorial actual el lugar perteneció al priorato de San Pedro de Arlanza, benedictinos, al parecer, la primera referencia escrita data de 913 relativa a una donación de Fernán González y su madre a dicho monasterio “concedimus nostrum monasterium et nostram villam covasuar”.
7º.- El mal estado de conservación parece ser debido a la Guerra de la Independencia al tratar de capturar a Juan Martín “El Empecinado” que se creía escondido en el lugar por lo que fue atacado por las tropas francesas, destruyendo la villa. A mí, personalmente, sin ningún estudio histórico-científico, me huele que la situación actual viene dada por las desamortizaciones, en concreto la decretada por Mendizábal y gestionada por gobiernos posteriores, donde comisiones municipales confeccionan lotes para repartir la suculenta tajada que conformaban las tierras, rentas y posesiones que pertenecían al convento benedictino Casuar, siguiendo así el mismo destino que su hermano mayor, el convento de San Pedro de Arlanza en la provincia de Burgos, pues aunque sin poner en duda la versión francesa, muchos poblados han sido destruidos y posteriormente construidos nuevamente por sus habitantes, no hay ninguna población que en alguna época histórica no haya sido atacado.
8º.- Existen dos topónimos en la zona que hacen referencia a castros, uno es Castroboda, a unos mil seiscientos metros de la ermita dirección río arriba y el otro es Castrejón, a unos setecientos metros en línea recta dirección suroeste desde la ermita, pero para acceder a ambos lugares hay que subir a lo alto del cañón, que es bastante dificultoso puesto que no hay ni senda. Estos dos castros corresponderían a dos asentamientos celtas de la edad del hierro, protagonistas como otros muchos de las guerras que mantuvieron con el imperio romano y de los que no quedó piedra sobre piedra. Únicamente nos queda un nombre del lugar y unas tradiciones que no se sabe bien qué son ni de dónde vienen. Así tenemos las ruinas del convento de Castroboda, donde había una ermita, donde anteriormente hubo un asentamiento que fue destruido, donde la iglesia acoge como suya la tradición de la población de ir ese lugar, similar costumbre se aprecia en otras localidades de la zona, Virgen de Castro en Clunia, Castro de San Pedro en la localidad de Pinilla de Trasmonte y Santa María de Mercadillo, ermita de Santa María en Tiermes...
9º.-Por último, respecto al nombre, me inclino más por “El Casuar” que por “Casuar”, pues los lugareños de los pueblos de alrededor se refieren al lugar como “El Casuar”.
Lingüísticamente parece que derivaría de la palabra casa, casas, pero de la cita “concedimus nostrum monasterium et nostram villam covasuar”, parece proceder la palabra latina “cova”, cueva, y la terminación “uar” haría alusión a “hacer” por analogía con los verbos terminados en “uar” que prácticamente en todas sus definiciones se puede introducir la acción de “hacer”, averiguar (hacer averiguaciones), licuar(hacer líquidos), colicuar (hacer líquidos de dos o más sustancias), adecuar (hacer de un lugar, casa o cosa adecuado), anticuar (hacer antiguo), fraguar (hacer metales), apaciguar (hacer la paz, poner en paz), atestiguar (hacer de testigo), menguar (hacer más pequeño)... Por ello Casuar, Covasuar, haría alusión a “hacer cuevas” bien porque se han mandado hacer para habitar el lugar o bien porque ya estaban hechas por la naturaleza y así llamaban al lugar “La Cueva”, o simplemente el conjunto del lugar por sus características sería “La Cueva” la cueva hecha por la naturaleza, el lugar escondido, sinónimo de “escondite”, “El Escondite”, “Covacasuar”, “El Casuar”.
También podría proceder de “cova”, “recorva” curvo, “la villa de las curvas del rio”, pero me inclino más por la anterior opción, pues desde la localidad de Maderuelo hasta la localidad de Milagros el río Riaza es toda una curva, por lo que existirían tres localidades que ya existían en el 913 a las que se podría referir, es decir, Linares del Arroyo, El Casuar y Montejo de la Vega y de la Serrezuela. Por lo que en la donación se refieren a un punto estratégico por su orografía y su administración se dona, se confía, al monasterio de San Pedro de Arlanza que está en pleno apogeo.
Para terminar, dos consideraciones, una que es un lugar ideal para ir con niños, es una aula práctica en medio de la naturaleza donde se pueden abordar temas de geología, historia, botánica... y la segunda, un tirón de orejas para todos nosotros, gobernantes de las administraciones locales, regionales y nacionales, vecinos de los alrededores, visitantes, administración en general, por no colaborar o exigir que se dote de una cubierta a los restos de la iglesia de San Martín, en sus austeros muros se puede apreciar la escasez y pobreza de medios que emplearon para su construcción inicial, posteriormente enriquecida con un ábside románica muy similar a otras de la zona, muros que soportaron a lo largo de la historia desde la repoblación de la extremadura castellana incluidas las razias musulmanas hasta nuestros días y que están a punto de caer si no ponemos remedio.
Nota: Lo anteriormente relatado son apreciaciones personales que no tienen ninguna base científica, hoy es lo que pienso, mañana, con otros datos, puedo cambiar de opinión en algunas de las consideraciones plasmadas.
